sábado, 6 de abril de 2013

¡Matonadas del Patrón del Mal!

Lo que debería hacer el ciudadano Alan García Pérez, es practicarse una autocrítica severa ante el Perú, por los resultados calamitosos de su segundo gobierno, en lo que se refiere a institucionalidad, gobernabilidad, transparencia y calidad de la democracia.
García redujo la democracia al mínimo y permitió que se entronizara la corrupción. La alentó, la indujo y, en su momento, permitió que avanzara para usarla con fines tácticos: casi siempre destruir oponentes o tumbarse las imágenes públicas de sus subordinados que comenzaron a hacerle sombra. En actitud malsana, ha tratado de impregnar en la conciencia política de los peruanos el principio corleonese, que todos "forman parte de lo mismo", y que la corrupción, sólo es una forma de sobrevivencia necesaria que debe ser tolerada si se persiguen "altos objetivos". Es su versión personal del "roba, pero hace", surgida desde la prescripción de los delitos cometidos en su primer gobierno, y el uso de marinos y policías con las escuchas telefónicas a través del BTR, durante su segunda gestión.
García, además, le entregó el gobierno a los lobbies y sus representantes, los tecnócratas neoliberales, quienes tienen una agenda distinta a las agendas que se procesan democráticamente en el sistema político. Ello caricaturizó la acción política y electoral, despojando a los peruanos de su carácter ciudadano. García es un auténtico depredador de instituciones y un demoledor de la legitimidad democrática. Basta ver al PAP para confirmarlo.
Escándalos continuos de corrupción durante su segundo gobierno, pretenden ser minimizados por García planteando temas ajenos, para distraer la atención. Lo más reciente son los indultos a narcos y delincuentes que no tenían derecho a acceder a la gracia presidencial porque sus delitos tienen el carácter de "graves" y la ley no lo permite. García responde atacando, en suerte de paranoia y creyéndose la ¡voz moral del Perú !
De allí su emplazamiento a Nadine Heredia sobre su probable candidatura o el indulto a Fujimori. Y si es tan principista, entonces, ¿porqué los besos y abrazos con Cristina Kirchner una esposa que candidateó para ser presidenta? ¿porqué los convenios de su gobierno con Martha Sahagun de Fox, a través de la Fundación Vamos México y el SNTE, cuando era público en México que la esposa de Fox, quiso ser candidata a la presidencia?, y sencillamente una pregunta ¿porqué no indultó a Fujimori y cumplió la palabra que le ofreció a Keiko? ¿no pudo o se acobardó? Los fujimoristas nunca se lo van a perdonar, se sintieron doblemente engañados.
Y el triste e indigno papel de Velásquez Quesquén, de apoyar el indulto a Fujimori, metiéndole un "caballazo" a la dirigencia de su partido, solo muestra a un García que se siente acosado, luego de la derrota sufrida en la revocatoria.
Lo real, lo concreto es que su gobierno abusó y se extralimitó con los indultos y gracias presidenciales. Más de 400 narcotraficantes o sentenciados por tráfico de drogas, fueron indultados. Y el argumento de García es que "no había sitio en las cárceles" o el argumento de Aurelio Pastor es que "la ley no prohíbe indultar traficantes".
Pero ese no es el problema, el problema es el número de indultados por tráfico de drogas. Hubo una política sistemática de liberar a narcos. Ese es el problema.
Otra vez encontramos que las normas son muy laxas, y si encima se pone a funcionarios "militantes" (como ese Facundo) para ejecutarlas, los resultados son pavorosos. La mecánica es oscura, las contradicciones entre Facundo y Pastor tirándose la culpa mutuamente son un indicador que la gracia presidencial se prestó a corrupción, a ligereza, a tráfico de influencias, a encargos políticos. Y eso no debe quedar impune.
Las respuestas que da García, son pueriles, ¿A qué presidente se le ocurre liberar narcos porque no hay sitio en las cárceles? Con razón al acabar su gobierno, el Perú era el primer productor mundial de cocaína. Y el consumo interno bajo su gobierno, también creció.
Tratar de ocultar estas corrupciones y torpezas, con la bravuconada que se presentará a las elecciones del 2016, son típicas de la mentalidad criolla intimidante, aquella mentalidad bufalesca (estilo copiado por Mulder) que reparte puntapiés y sopapos, pero bien rodeado y protegido de guardaespaldas. Estando solo García, trata de pasar desapercibido, necesita de guardaespaldas para "hacerse respetar". No olvidar que en el PAP, su reinado vitalicio es en base a la amenaza, la advertencia o el clientelismo. Y grupos de choque que siempre lo rodean.
Qué bueno sería que se presentara el 2016, pero es muy cobarde para asumir los riesgos. Además ya no está la "amenaza" del chavismo, y los empresarios-emprendedores están cansados de tanta corrupción. Los empresarios-mercantilistas, esos estarán siempre con García, al cual seguramente han hecho socio. Y, sobre todo, no hay un APRA de masas ocupando el centro político. Ya son tres consultas electorales donde el PAP se cae. Y los apristas siguen ejerciendo el voto de castigo y la desobediencia cívica a la mafia que dirige al partido.
Y el último acuerdo del fantasmagórico CEN es no presentarse como APRA (se acabó la identidad), sino en alianzas con otros grupos difusos.
García en su fuero interno sabe que la embarró, que destruyó al PAP, que se le fue la mano.
Por eso los llamados desesperados a sus chacales para que "lo defiendan" en las redes y mundo internauta, donde perdió la batalla de la comunicación hace varios años. Incluso sugiriendo incentivos y lanzando consignas como que lo quieren inhabilitar para el 2016. Pero va a necesitar, algo más que ayayeros, pues nadie con un mínimo de formación, de ética o convicción republicana va a defenderlo. García, nuevo rico, es un envilecedor de la política peruana. Y los peruanos ya están hartos de sus jugadas, maniobras, maquiavelismos, sus torpezas y patanerías.
Y si cree que Dios lo "iluminó" para indultar a 400 narcos y cerca de 5,000 delincuentes, va a necesitar muchas "iluminaciones" más para recuperar la sindéresis y un decoroso lugar electoral.
 

Documentos adjuntos

 
 

¿OTAN económica y/o G-2 geopolítico?

El proyecto de Barack Obama de crear una Zona de Libre Comercio Transatlántico no debe ser analizado únicamente desde un punto de vista económico. El objetivo es dar a los países miembros de la OTAN una identidad capitalista y de unirlos entre sí de manera definitiva. Visto desde ese ángulo, ese proyecto es una manera de prolongar el predominio estadounidense extendiéndolo a la Unión Europea en su conjunto. Pero también constituye una declaración de guerra para todo el resto del mundo, en particular para los BRICS.
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En su mensaje sobre el Estado de la Unión, Obama lanzó una idea audaz, de apariencia comercial inocua pero de enorme profundidad geoestratégica, ya que encubre la creación de un superbloque holístico que representaría la máxima superpotencia militar y geoeconómica del planeta (50% del PIB global y la tercera parte del comercio planetario). Se trata de la creación de un bloque de libre comercio del Atlántico Norte (TAFTA, por sus siglas en inglés) entre los tres países del TLCAN [1] –obviamente, ni permiso pidió el omnipotente presidente de Estados Unidos a sus supuestos «socios» de Canadá y México– con 27 países de la Unión Europea. La UE, si es que no se balcaniza antes y si finalmente se salva de la grave crisis del euro, podría incorporar la cuadripartita Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés: Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein) y quizá, siendo exageradamente optimistas, mediante la «agenda de expansión europea», a los países balcánicos escindidos de la antigua Yugoslavia e incluso a Turquía, donde se libra una batalla ontológica sobre su destino euroasiático.
No hay que ser genios para ver que el audaz proyecto de Obama, susceptible de transformar las coordenadas de la geopolítica global, ha sido concebido para contrarrestar el ascenso irresistible de China, de por sí cercada doblemente: desde el punto de vista militar, por el nuevo «pivote» de Obama –que ya empezó a cobrar sus frutos con la escalada de tensión en el noreste asiático, tanto por el choque de intereses entre Japón y China sobre las islas Diaoyu, como con la reciente prueba nuclear de Corea del Norte– y, desde el punto de vista mercantil, por la creación del bloque comercial Alianza del Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) del que curiosamente forma parte el «México neoliberal itamita», totalmente emasculado y entregado al esquema geoeconómico/geopolítico de Estados Unidos.
La idea del TAFTA es añeja y fue considerada en la década de 1990, en la fase unipolar, cuando Estados Unidos, en tiempos de la administración de Bill Clinton, anhelaba conquistar el mundo subrepticiamente mediante tratados comerciales multisectoriales (como el fracasado ALCA [2] proyecto para el continente «americano»). Ahora, en la incipiente fase multipolar, Obama resucita el TAFTA, de mayor envergadura, con el fin de someter a China, cuyos medios de prensa han permanecido apagados, para no decir perplejos, al respecto.
Nadie ha recibido el proyecto mercantilista de Obama en forma más ditirámbica que la prensa británica y el primer ministro David Cameron, un fundamentalista neoliberal. A él se han sumado con entusiasmo redentor tanto la atribulada canciller alemana, Angela Merkel, como los apparatchiks de la Comisión Europea, con la notable reticencia del presidente francés, Francois Hollande.
De lo que se ha escrito sobre el tema vale la pena resaltar la producción de Philip Stephens, del Financial Times [3], portavoz de la globalización financierista, quien, al unísono de la euforia del oligopolio multimediático anglosajón, afirma con euforia que el «Pacto Transatlántico promete un premio mayor» con la resurrección del «orden político liberal que recientemente parecía en retirada». Stephens vislumbra el advenimiento del TAFTA como un «fin geopolítico»: la «economía como medio de un fin». No lo dice, pero se hace eco de un G-2 geopolítico entre las otrora poderosas geoeconomías hoy alicaídas a los dos lados el Atlántico Norte.
Stephens ni siquiera oculta el desprecio británico hacia la Europa continental: «Europa ya no es el centro del interés geopolítico de Estados Unidos» frente a los supuestos chantajes de Vladimir Putin (Nota: aunque el autor no lo explica, seguramente se refiere al gas ruso y a la detención de la expansión de la OTAN en el Cáucaso). El desprecio que expresa por el zar ruso es superior incluso al que dedica a Europa: «el líder ruso es alguien que da risa más que miedo». No comment!
Más allá de las cifras económicas (como «3,5 millones de millones de dólares en acciones de inversiones compartidas») que sirven de plataforma de lanzamiento para la gran alianza geopolítica en ciernes, se encuentra el «interés compartido para preservar un orden internacional abierto basado en reglas como el mejor garante de la seguridad occidental».
¿Se apresta Estados Unidos a tragarse militarmente a la Unión Europea, hoy cruelmente vapuleada con la grave crisis del euro y el espectro de su balcanización? ¿Llevará el pacto a una unificación monetarista de las dos mayores divisas del planeta con un euro castrado y totalmente sometido al dólar?
Stephens define el «poder» en términos modernos que se suman a las cifras secas del economicismo y que condensa en la «seguridad que reside tanto en la amplia aceptación, de normas y valores internacionales como en la fuerza militar bruta» con la «capacidad de configurar los eventos». Se conforma con la consecución de 50% del total teórico del proyectado pacto y fulmina contra los «tecnócratas», contra quienes los «políticos tendrán que utilizar el látigo».
El problema es que tras más de tres décadas de «teología neoliberal», la clase política está en vías de extinción frente a la proliferación contaminante de «tecnócratas» ignaros a quienes se les ha desplomado su modelito financierista/monetarista.
Pese a sus disonancias cacofónicas y afónicas, Stephens no pierde de vista la realidad que deben entender los «políticos» cuando los «tecnócratas» se encuentran discapacitados: «El sistema emergente es una vez más multipolar y menos multilateral. El orden global ya no pertenece a Occidente».
Lo importante («el verdadero precio»), a su juicio muy sesgadamente británico, reside en que «el sistema permanezca arraigado en algunos valores universales –el imperio de la ley, la seguridad colectiva, el respeto a la dignidad humana y la contabilidad gubernamental». Sin duda alguna.
El grave problema es que el «Occidente neoliberal», presa del bárbaro y misantrópico «síndrome de Shylock», ha olvidado sus valores humanistas trascendentales.
Aun sin contabilizar los obstáculos que parecieran infranqueables entre Estados Unidos y la Unión Europea, si la paralizada ronda Doha y los choques culturales –que van desde los alimentos genéticos alterados hasta los pollos clorados, pasando por la repulsiva fragmentación o fracking [4]– son de por sí realmente ilustrativos, todavía queda por ver qué tanta «risa» pueden provocar las ojivas nucleares de Vladimir Putin, precisamente en momentos en que Washington y Bruselas ya dicen estar aterrados por las bombas nucleares de Irán, que ni siquiera existen todavía.
¿Acabará el nuevo pacto invitando a Rusia a formar parte de su «OTAN económica»? ¿Lo aceptará Vladimir Putin, quien prefiere jugar al pivoteo euroasiático entre la Unión Europea y China?
¿Cuáles serán las medidas preventivas y defensivas de la cercada China, que cuenta actualmente con las mayores reservas globales de divisas y que, pese a las Casandras globalistas/Noratlantistas, sigue creciendo en forma impresionante?
Una probabilidad insondable todavía es que el pacto económico noratlántico tenga como consecuencia un mayor acercamiento entre Rusia, la India y China), extensivo a los BRICS (o sea, los tres países ya mencionados más Brasil y Sudáfrica), mientras que los demás países tendrán que escoger por su cuenta y riesgo con cuál de los bloques van a jugar.
Fuente
La Jornada (México)

Límites estadounidenses y división de la oposición siria

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Ambiente de tensión en el encuentro entre Moaz al-Khatib, presidente dimitente de la Coalición, y el jeque Hamad Bin Jabr Al-Thani, primer ministro de Qatar.

Límites estadounidenses
y división de la oposición siria

Los acontecimientos de los últimos días han demostrado que el plan estadounidense que consiste en movilizar y enviar terroristas a Siria y abastecer en armas a los grupos rebeldes ha llegado a su límite. La decisión de la Liga Árabe de armar a los terroristas es un anuncio con efecto retroactivo sin otro fin que justificar acciones ya emprendidas con anterioridad. Para nadie es un secreto que 3 500 toneladas de armas, transportadas a bordo de 130 aviones, han sido enviadas durante los últimos 3 meses. Y a pesar de todas las formas de respaldo de que han gozado, las oposiciones sirias siguen estando minadas por las divergencias y corrientes de influencia provenientes del exterior. Un largo despacho de la Agencia France-Presse arroja luz sobre este último aspecto:
Las disensiones en el seno de la oposición siria han sacado a la luz la importancia de una lucha regional de influencias que se desarrolla, a golpe de dinero, de propaganda mediática y de armas, entre el eje Qatar-Turquía y Arabia Saudita, cercana a la política americana [estadounidense]. «Nuestro pueblo rechaza la imposición de cualquier tutela. Los diferendos regionales e internacionales han complicado la situación», lanzó el presidente dimitente de la Coalición de la oposición siria, Ahmed Moaz al-Khatib, en un discurso ante la cumbre árabe de Doha.
Simultáneamente, unas 70 personalidades de la oposición denunciaron en un mensaje dirigido a la cumbre árabe una «política de exclusión» seguida por una corriente de la Coalición, en referencia a la Hermandad Musulmana, y una «hegemonía árabe y regional escandalosa», en alusión a Qatar.
«Hay una lucha de influencias entre dos ejes principales, que no representan a toda la oposición pero que son esenciales para la ayuda material y militar: el eje Qatar/Turquía, que apoya al movimiento de la Hermandad Musulmana, y el eje saudita, en sintonía con Estados Unidos», explicó Ziad Majed, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Americana de París. «Eso tiene un impacto sobre la composición interna de la oposición política y la afiliación de los diferentes grupos militares», agregó.
Durante la reunión de la Coalición, la semana pasada en Estambul, los participantes se vieron divididos entre partidarios y adversarios de un «gobierno interino» para la administración de las «zonas liberadas»
Algunos opositores denunciaron a Ghassam Hitto, electo jefe de ese gobierno, como «el candidato de Qatar» y otros suspendieron su participación en el grupo.
Para el señor Majed, «el eje Arabia Saudita-Estados Unidos prefería posponer la formación del gobierno interino mientras que el eje Qatar/Turquía quería formarlo rápidamente, así que presionó para que se escogiera a Hitto».
La rivalidad entre las ricas monarquías petroleras del Golfo y la vecina Turquía, en busca de un papel de potencia regional, se expresa también en el plano militar.
Después de la reunión de Estambul, Riad dio a entender que estaba «descontento con la elección de Hitto, lo cual llevó al Ejército Sirio Libre (ESL) a rechazar la elección», indicó a la AFP un opositor que requirió el anonimato.
Combatientes rebeldes en Daraya, en la provincia de Damasco, cuentan a la AFP que, debido a la falta de armas y municiones, estaban a punto de perder la ciudad, asediada por las tropas del régimen desde hace más de 3 meses.
Pero, precisa uno de ellos «cuando Khatib hizo su propuesta de diálogo con el régimen, las armas llegaron rápidamente».
«Eso quiere decir que las armas estaban almacenadas en la frontera. Pero, al no ser favorables a la oferta de Khatib, Turquía y Qatar liberaron esas armas para favorecer una escalada en el terreno y poner así en duda la objetividad de esa propuesta», explica otro combatiente.
Según un especialista árabe, las armas enviadas por Qatar llegan a grupos vinculados a la Hermandad Musulmana a través de Turquía.
En cambio, agrega, los sauditas prefieren financiar y armar a los consejos militares dirigidos por desertores «por temor a un papel creciente de los islamistas radicales». Los envíos de Arabia Saudita llegan a través de la frontera jordana.
En cuanto a los combatientes salafistas, entre ellos los del Frente al-Nusra, estos son financiados por ONGs radicadas esencialmente en Kuwait y en los Emiratos Árabes Unidos, según el especialista árabe del tema sirio que prefiere no ser citado.
La rivalidad regional se expresa también en los medios de difusión, sobre todo a través de la televisión qatarí al-Jazeera y de al-Arabiya, un canal de capitales sauditas, que compiten en servir de tribuna a los distintos grupos de la oposición. AFP

Declaraciones y posiciones

Bachar al-Assad, presidente de la República Árabe Siria
«Exhorto a los líderes del BRICS a trabajar juntos por detener inmediatamente la violencia en Siria para garantizar el éxito de la solución política. Ello exige una clara voluntad internacional de secar las fuentes [que alimentan] el terrorismo, de acabar con su financiamiento y su armamento. Ustedes que están tratando de aportar paz, seguridad y justicia al agitado mundo de hoy, dirijan todos sus esfuerzos a poner fin al sufrimiento del pueblo sirio, provocado por sanciones económicas injustas, contrarias a las leyes internacionales, que afectan directamente la vida y las necesidades cotidianas de nuestros ciudadanos. Ante ustedes expreso la aspiración del pueblo sirio a trabajar con los países el BRICS como una fuerza justa que trata de aportar paz, seguridad y cooperación entre los países, lejos de la hegemonía y la injusticia que por décadas han sido impuestas a nuestros pueblos y naciones. Son ustedes una esperanza para los pueblos oprimidos, víctimas de intervenciones exteriores contrarias a los intereses de esos pueblos.»
Serguei Lavrov, ministro ruso de Relaciones Exteriores
«Deploramos profundamente los resultados de la cumbre de la Liga Árabe en la capital de Qatar. Las decisiones tomadas en Doha significan que la Liga ha renunciado al arreglo pacífico dado que el reconocimiento de la coalición nacional de la oposición siria como único representante legítimo del pueblo sirio reduce a polvo todos los esfuerzos de arreglo, incluyendo los de la Liga Árabe. El mediador de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi, ya no podrá proseguir su misión. Ya no habrá ninguna negociación posible entre el poder y la oposición en Siria. Realmente, no veo cómo podría el señor Brahimi ejercer su mandato de mediador.»
Adnan Mansour, ministro libanés de Relaciones Exteriores
«La decisión de entregar a la oposición siria el escaño de Damasco en la Liga Árabe sienta un grave precedente a nivel de la acción árabe. El artículo 8 de la Carta de la Liga estipula el respeto del régimen existente en los países miembros. El hecho de nombrar una tercera parte en lugar de Siria en la ONU tampoco pondrá fin al ciclo de violencia. El único distanciamiento que desea Líbano es en relación con las repercusiones de la crisis siria.»
Francois Hollande, presidente de Francia
«Francia no entregará armas a los rebeldes sirios mientras no tenga la garantía de un control total de la situación por parte de la oposición siria. No puede haber entregas de armas cuando termine el embargo, en mayo, si no hay seguridad de que esas armas serán utilizadas por opositores legítimos y que no estén bajo influencia terrorista. Por el momento no tenemos esa garantía y no lo haremos mientras no haya la certeza de que hay un control total de la situación por parte de la oposición. Actualmente hay un embargo y nosotros lo respetamos. Ha habido cerca de 100 000 muertos en Siria, 100 000, con una guerra civil que se radicaliza y yihadistas que aprovechan la oportunidad para asestar golpes a Assad y posicionarse a la vez para lo que pase posteriormente.»
Fuente
New Orient News (Líbano)

Kosovo: la imposición a Serbia de un nuevo Rambouillet

Catorce años después de la victoria que la coalición militar más poderosa de la historia, la OTAN, obtuvo sobre Serbia, hoy se exige a esta última que renuncie a una parte de su territorio: la región de Kosovo. Lo que Londres presentó un día como la primera guerra humanitaria resultó no ser otra cosa que una guerra de conquista. Kosovo, primeramente utilizado como base militar de la OTAN, se convierte en protectorado de la Unión Europea el 2 de abril de 2013.

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Las tres Gracias de la preparación del ultimátum impuesto a Serbia: la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton, la presidenta del autoproclamado Estado de Kosovo Atifete Jahjaga y la baronesa Catherine Ashton, Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
El gobierno de Serbia rumia todavía sus condiciones previas a la firma de su «acuerdo histórico», este 2 de abril de 2013, en Bruselas, con el gobierno de Kosovo.
El acuerdo pondría todas las comunas serbias de Kosovo bajo la autoridad del gobierno de Pristina. Por el momento, hasta la idea misma de otorgar algún tipo de autonomía a esas comunas ha sido rechazada para favorecer la creación de una Asociación de Comunas Serbias cuyo estatuto sería similar al de una ONG y que de todas maneras estaría bajo control del gobierno kosovar. Y también habrá que desmantelar por completo las «estructuras paralelas» del norte de Kosovo, que Belgrado ha mantenido hasta el momento contra viento y marea y que han protegido a los habitantes de esa zona de la purificación étnica ya aplicada en los bolsones que se hallan más al sur, sobre todo en marzo de 2004.
Belgrado ha venido exigiendo, hasta ahora, la creación de una policía y de tribunales autónomos para las comunas serbias.
La firma es de hecho un reconocimiento, sin posibilidad de marcha atrás, de la independencia de Kosovo. Y conduce, lógica e inevitablemente, a un posterior reconocimiento en el plano legal. El presidente de la comisión de política exterior del parlamento alemán incluso notificó formalmente a Serbia que sin ese reconocimiento no habrá progreso en las relaciones [de Serbia] con la Unión Europea ni tampoco admisión [en esta última]. El reconocimiento [definitivo] ya no será [después de la firma] más que una formalidad técnica que habría que implementar adecuadamente dentro de uno o 2 años. Y cuando Kosovo cuente con el reconocimiento del mismo Estado al que fue arrancado, se hará insostenible la posición de los países que, incluso en el seno de la Unión Europea, siguen negándose a reconocer ese país a medias nacido de una secesión violenta.
Por otra parte, aún si Belgrado decidiese optar por romper con la Unión Europea eso no detendría la pérdida de Kosovo. En previsión de un escenario de violencia, los estadounidenses ya desplegaron su 525ª Brigada especializada en operaciones antimotines. Al igual que en 1999, cuando utilizaron como pretexto la tan famosa como nebulosa «masacre de Racak», la OTAN pudiera ahora explotar algún incidente como pretexto para ocupar las zonas del norte, con una participación simbólica de las fuerzas de seguridad del Kosovo «independiente». Probablemente sea, en los próximos días, una manifestación de los nacionalistas kosovares en Mitrovica Sur lo que se use para provocar una explosión, con el apoyo del ya consabido bombardeo mediático que atribuirá el problema a los serbios recalcitrantes del norte. En suma, una repetición del engaño ya utilizado para el encuentro de Rambouillet, en 1999.
El gobierno del presidente Nikolic se halla por lo tanto en una posición en la que se le exige escoger entre Caribdis y Escila. Si responde «» el 2 de abril, estará aceptando la pérdida de Kosovo y el partido en el poder (nacionalista) estaría contradiciéndose –después de haber afirmado que «Nunca reconoceremos a Kosovo.»– culminando con ello el trabajo sucio que anteriormente reprochaba a sus predecesores. Y podría entonces tener que enfrentar grandes manifestaciones y una desestabilización interna capaz de provocar la realización de elecciones anticipadas. Pero si responde con un «no» se expondría entonces a una desestabilización todavía más intensa y organizada, tanto en el plano exterior –con el aislamiento diplomático que los países occidentales seguramente impondrían a Serbia– como internamente –a través de los numerosos medios de prensa, partidos, movimientos y ONGs apadrinados y dirigidos por Occidente.
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El plan que la baronesa Ashton propone en nombre de la Unión Europea en realidad fue concebido por el embajador estadounidense Frank G. Wisner. Fue este personaje quien organizó que los países miembros de la OTAN y de la Unión Europea reconocieran la independencia de Kosovo y quien le impuso a su hijastro –el entonces presidente de Francia Nicolas Sarkozy– la nominación de Bernard Kouchner como ministro de Relaciones Exteriores. Wisner, quien por mucho tiempo dirigió las operaciones de espionaje económico de la CIA, es también uno de los organizadores de la «primavera árabe» (fue él quien derrocó a Hosni Mubarak). Luego de enriquecerse con las estafas de Enron y AIG, hoy preside EOG Ressources (que se apoderó de los activos de Enron en el campo de la explotación del petróleo y se ha especializado en la explotación subvencionada del gas de esquistos).

La jugada geoestratégica

En el plano internacional, el bloque occidental en su conjunto exige el «». Esa aceptación es la condición sine qua non para la normalización de las relaciones entre Serbia y sus vecinos, completamente sometidos a los dictados de la OTAN. Mientras tanto, el «no» cuenta con el respaldo de Rusia, expresado esencialmente a través de Shepurin, su nuevo embajador. Dado el estado de la economía y de la sociedad serbias, el «no» parece ser un suicidio ya que Rusia no parece poder ofrecer ninguna compensación en cuanto a las pérdidas –en términos de inversiones y de integración política– que se derivarían de una ruptura del diálogo con Pristina. Rusia, que se ha retirado de Kosovo en el plano militar y policial, tampoco dispone de medios materiales para oponerse a la reconquista del norte de Kosovo mediante la fuerza.
Lo que está en juego en este acuerdo sobre Kosovo tiene considerable trascendencia para toda la región y, en primer lugar, para el destino de Serbia. Como ya ha sucedido anteriormente en varios momentos de su historia, Serbia se halla en el centro de un «conflicto de civilizaciones» que, específicamente en este caso, merece plenamente esa denominación. Por un lado, están las pretensiones occidentales de carácter colonial, aunque disfrazadas de derecho inalienable y motivadas por una intensa propaganda humanitaria. Riquezas mineras, posición geoestratégica, política de concesiones al islam sunnita: todo ello contribuye a hacer de la toma de Kosovo (y de la extensión de esa plaza fortificada) una prioridad de la OTAN. ¿No hemos visto acaso, durante estos últimos años, a varios protagonistas de primer plano de la agresión de 1999 –como el ex comandante supremo de las fuerzas de la OTAN, el general Wesley Clark, y la ex secretaria de Estado Madeleine Albright– volver a la región cínicamente convertidos en negociantes, con enormes proyectos de inversiones en la explotación de materias primas y en el sector de las telecomunicaciones?
Y se trata también, por otro lado, de disfrazar los fracasos y dificultades que la OTAN ha encontrado en la región desde el inicio mismo de la operación de conquista, a principios de 1999. No es inútil recordar que el «no» de Serbia en las negociaciones ya arregladas de antemano que se desarrollaron en Rambouillet fue provocado por una disposición secreta incluida en el tratado que estipulaba la ocupación de facto de todo el territorio serbio por las fuerzas de la OTAN. La respuesta [a la negativa de Serbia] fue la intensa campaña de bombardeos, concebida como una blitzkrieg pero que se extendió durante 78 días, lo cual destruyó la credibilidad moral y militar de la OTAN, obligándola a aceptar un armisticio y una resolución de la ONU (la resolución 1244 del 10 de junio de 1999) que reconocía la soberanía de Serbia sobre la región de Kosovo, soberanía que la OTAN y sus aliados kosovares (fundamentalmente mafiosos) se esforzaron constantemente en minar a lo largo de la siguiente década, no sin la complicidad –ingenua o cínica– de ciertas fuerzas políticas serbias.
El Kosovo «independiente» bajo protectorado occidental –inaugurado por el reinado de Bernard Kouchner– resultó ser un desastre desde todo punto de vista. Políticamente inexistente, gobernado por clanes mafiosos, se ha convertido en un centro del tráfico de armas y de droga y de la trata de mujeres en Europa. Sus minorías, la serbia en primer lugar aunque también la montenegrina, la turca, room, etc., han sido expulsadas de forma violenta (recordar los pogromos de marzo de 2004) bajo la mirada impasible de los soldados de la OTAN. Más de 150 iglesias, conventos y monumentos religiosos cristianos han sido incendiados, dinamitados o saqueados y los demás han sido integrados al «patrimonio cultural» de los mismos que antes trataron de destruirlos. Los serbios que allí viven, bajo la autoridad conjunta de la OTAN y del gobierno kosovar, están expuestos constantemente a la violencia y son tratados como ciudadanos de segunda categoría. Los secuestros de civiles, desde 1999 hasta el momento actual, generalmente se han mantenido sin resolver.
Para terminar, el más horrible de los crímenes cometidos durante la guerra civil yugoslava, el tráfico de órganos de civiles serbios secuestrados en Kosovo, nunca fue castigado, a pesar del acusador informe presentado al Consejo de Europa como resultado de la investigación del diputado suizo Dick Marty. Lo cual no impide a los occidentales seguir exigiendo que las decenas de miles de sobrevivientes del norte Kosovo se integren al infierno que los propios occidentales han ayudado a instaurar en el sur de Serbia.

Regreso a la guerra fría

El único medio de «blanquear» esa creación perversa, que gran parte de los Estados del planeta siguen desaprobando, consiste en lograr que sea Serbia misma quien la santifique.
Pero hay más. Desde hace algún tiempo, Serbia se ha dado a la tarea de estabilizar sus propias estructuras de poder y de restablecer el orden interno. Ya comienzan a llegar los inversionistas, provenientes incluso de los emiratos. En la actual situación de crisis, la riquezas agrícolas, acuíferas y energéticas de Serbia se convierten en una carta de triunfo estratégica de primera importancia y las empresas chinas y rusas extienden allí su influencia, mientras que los occidentales se agotan militarmente en el Medio Oriente y en otras regiones. El trazado del futuro gasoducto ruso South Stream confiere a Serbia el papel de grifo energético (evitando el paso por Croacia, por razones de índole política y a pesar de las complicaciones y de los gastos que ello implica). Es por todas esas razones, que se ha puesto al Estado serbio contra la pared para obligarlo a tomar una decisión hacia la cual se ha mantenido histórica y esencialmente reticente: alinearse y convertirse en vasallo de un bloque o del otro.
Eso es lo que implica en definitiva la decisión que el gobierno de Belgrado tendrá que tomar en estos días: escoger entre ser vasallo de los occidentales o ser vasallo de Rusia, con la inevitable pérdida de Kosovo en ambos casos. Tanto en tiempos de Milosevic como bajo los demócratas prooccidentales de Tadic, la Serbia oficial evitó siempre ese alineamiento, incluso a costa de sacrificios. Hoy en día, si bien los intereses económicos favorecen a Occidente, el razonamiento político puede ser quizás más favorable a Rusia. Pero ninguna de esas razones prevaleció nunca ante una constante ancestral de la política serbia: el rechazo irracional a toda forma de sometimiento. Esa constante ha dado lugar a dramáticos giros de la historia europea.
Serbia no cuenta con la sabiduría ni con la agilidad diplomática de los suizos para lograr mantener un rumbo neutral sin tener que enfrentar por ello confrontaciones y pérdidas. Y tendrá, por lo tanto, que pagar su neutralidad con sangre, prácticamente en cada generación. Hoy parece, a pesar de los indicios de apaciguamiento que han aparecido durante los 10 últimos años, que la actual generación no podrá escapar a esa fatalidad. Si las potencias que están presionando a Serbia tuviesen al menos algo parecido a la conciencia histórica y al menos un poco de responsabilidad política, evitarían imponer a Serbia –como lo están haciendo– una alternativa tan fatídica. El equilibrio de toda la región, e incluso el de toda Europa, se afectará inevitablemente.
 

BP puede acabar siendo víctima de las sanciones contra Irán

British Petroleum pudiera verse obligada a interrumpir próximamente la explotación de numerosos pozos de petróleo en el Mar del Norte, indica el Wall Street Journal. Ello sería una verdadera catástrofe financiera, tanto para BP como para el Reino Unido.
Ya en 2010, BP tuvo que interrumpir la explotación del campo petrolífero de Rhum debido a la aplicación de las sanciones contra Irán decretadas en la ONU, ya que entre sus socios se hallaba una filial de la compañía nacional iraní. Y ahora parece técnicamente imposible seguir explotando el campo designado como Bruce si se mantiene paralizada la explotación de Rhum.
Al igual que BP, numerosas compañías europeas están siendo así víctimas de las sanciones adoptadas contra Irán bajo la influencia de Israel.

lunes, 1 de abril de 2013

Indulto humanitario no es por cualquier enfermedad

La Comisión de Gracias Presidenciales, integrada en mayoría por abogados, debe sus funciones al derecho objetivo, el normado en su Reglamento Interno, antes que a presiones del fujimorista cardenal Cipriani o a las del presidente Humala, en natural coyunda con Nadine.¡Si se viola el derecho, la historia juzga y encarcela como a Fujimori!
En el pasado, los crímenes de lesa humanidad, tipo Barrios Altos o La Cantuta, han sido judicializados y objeto de esta calificación jurídica (lesa=contra) y de prohibición de amnistía. Dos leyes peruanas, aprobadas por el Congreso, que manejaba Alberto Fujimori (1992) y promulgadas por éste, fueron dejadas sin efecto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, fallo del 2001 que ha sido respetado y cumplido por nuestro Tribunal Constitucional y Corte Suprema de Justicia. Ningún Cipriani rechistó; tampoco el anodino Kenjio la sempiterna “presidenciable” Keiko, pese a que esa amnistía favorecía a su padre, al lado de todos los Colina. Además, en Perú el indulto está prohibido por ley para ciertos delitos, tal como el secuestro que motiva la condena a Fujimori.
La Comisión en cuestión, y el propio presidente Humala, por mandato constitucional, están obligados a cumplir lo dispuesto por reglamentos, leyes y fallos judiciales. En la función pública impera el derecho; no la componenda de quienes lesionan a la política.
Violar el articulado de la Carta Política, incumplir reglamentos, la ley y fallos judiciales, otorgando un indulto a quien no está enfermo, porque ya no tiene cáncer, concederlo por la atribuida depresión, pese a que ésta no puede ser considerada como degenerativa (degradación de tejidos y órganos), ni tiene las calidades de grave, en etapa avanzada, progresiva e incurable, rasgos que corresponden a otros males, es incurrir en responsabilidad penal por el grave delito de encubrimiento personal de un crimen de lesa humanidad, previsto en el Código Penal (Art. 404°, 15 años de pena privativa de libertad).
El indulto humanitario únicamente se debe otorgar en tres casos: por enfermedad terminal demostrada; no terminal (grave, avanzada, progresiva, degenerativa e incurable) y trastornos mentales crónicos degenerativos e irreversibles, que las condiciones carcelarias pongan en grave riesgo la vida, salud e integridad del condenado, debidamente comprobados. Si ninguno de estos supuestos es el caso de Fujimori, la recomendación y concesión del indulto se haría a título delictivo. No se trata, pues, de una enfermedad cualquiera, sino de una grave, que además tenga los caracteres que prevé la norma (Artículo 31 del Reglamento).
El Reglamento Interno de esta Comisión se aprobó por Resolución Ministerial (N° 0162-2010-JUS), porque así lo dispuso el Decreto Supremo 008-2010-JUS de 22-6-2010, firmado por el entonces presidente Alan García y su ministro García Toma. Por lo tanto, el presidente Humala y los miembros de la Comisión, deben adecuar sus decisiones a su articulado, que hasta la fecha no ha sufrido modificación alguna. Tramitar, recomendar y otorgar el indulto en los tipos de enfermedad que el derecho ha previsto; no otros.
La Junta Médica, en ninguno de los males de salud que atribuye a Fujimori, lo ha calificado como enfermedad que revista gravedad, menos que esté en etapa avanzada, progresiva, incurable y degenerativa. Más bien ha concluido que no existe evidencia de cáncer alguno, por haber sido operado. La Comisión no puede ampararse en tal dictamen.
Según la ciencia médica, una enfermedad degenerativa es una afección generalmente crónica en la cual la función o la estructura de los tejidos u órganos afectados empeoran con el transcurso del tiempo. Se origina por la alteración anatómica y funcional de los tejidos de cualquier órgano,aparato o sistema del organismo. ¿Qué órgano degenerado tiene don Alberto?
Aachen, Alemania, 1° de abril del 2013.
 

Clasificar a Cuba como terrorista, una insistente falacia

Por estos días varios órganos de prensa y entidades norteamericanos se han pronunciado contra la manipulada costumbre oficial de imponer a Cuba, año tras año desde mil novecientos ochenta y dos, el calificativo de “estado patrocinador del terrorismo”.
No se trata de un simple rótulo ligado a un empeño propagandístico, sino que implica para aquellos “condenados” por el Imperio, sanciones específicas como la no venta de armas a los acusados, o de toda suerte de equipos y tecnologías que, según los estándares norteamericanos, puedan tener un “doble uso”, como los destinados a la medicina, la computación o a las investigaciones científicas, entre otros rubros.
Y en el caso concreto de Cuba, la sanción pretende además erigirse en eterno pretexto para mantener y acrecentar el bloqueo económico y comercial que desde hace más de cinco décadas ejercen los Estados Unidos contra la mayor de las Antillas, y que implica que más de 70 por ciento de los actuales ciudadanos de la Isla no conozcan otra forma de vivir que la signada, entre otros factores, por las carencias, presiones, golpes y sinsabores derivados de semejante cerco.
En ese contexto, periódicos como The Boston Globe y Los Ángeles Times, junto a entidades y figuras norteamericanas, han insistido que para este 2013, con el liderazgo en el Departamento de Estado de John Kerry, debería primar la cordura con respecto a Cuba y sacarle definitivamente de una arbitraria lista de promotores del terrorismo en la cual se insiste absurdamente en mantener a La Habana.
En efecto, el nuevo jefe de la diplomacia estadounidense deberá pronunciarse al respeto en las próximas semanas, y es ante ese acontecimiento que quienes promueven una nueva política hacia la Isla movilizan sus argumentos.
No obstante, cualquiera que fuese el resultado del actual debate interno norteamericano sobre el tema, lo cierto es que su desarrollo coloca a al luz pública lo mendaz del mecanismo adoptado por la Casa Blanca en contra de aquellas naciones que le resultan indeseables e incómodas.
En el caso de Cuba, vale repetirlo, endilgarle ropajes siniestros apunta a pretender presentar como válidas las permanentes acciones agresivas de Washington contra la Isla, y en especial un bloqueo que desde hace más de dos décadas recibe año tras año, en el seno de la Asamblea General de la ONU, el rechazo contundente de la inmensa mayoría de los pueblos del orbe.